[Grupito] Revision: : tertulia el 10 de mayo de 2011

Ecomujeres at aol.com Ecomujeres at aol.com
Thu Apr 28 13:02:57 PDT 2011


 
Esta vez con el PDF...
 
 
  
____________________________________
 From: Ecomujeres en aol.com
To: grupito en lists.sonic.net
Sent: 4/28/2011  12:56:16 P.M. Pacific Daylight Time
Subj: [Grupito] : tertulia el 10 de  mayo de 2011



ENGLISH VERSION FOLLOWS SPANISH 
************************************************************** 
ANUNCIOS – 
No tenemos programada  otra tertulia para mayo. Si quieres ofrecer 
tu casa, favor de  avisarme. 
************************************************************** 
Saludos: 
La próxima tertulia  literaria y gastronómica tendrá lugar el día 10 
de mayo (el martes) a las  7:00 en la casa de Annette Oliveira. 
Ella quiere que le  avise si vas a asistir.  Favor de  enviarle un 
RSVP por correo: _annetteo en earthlink.net_ (mailto:annetteo en earthlink.net)  
424 63rd  Street 
Oakland, CA 94609-1315 
510  653-7596 
DIRECTIONS: 
FROM DOWNTOWN OAKLAND 
1.  Get onto Telegraph  Avenue and go towards Berkeley 
2.  Go right onto 63rd  Street.   There is a Thai restaurant on the 
right hand corner. 
3.  Go about two short blocks to 424.   It is a craftsman style shingled 
house with “424” in brass numbers  above the door and eight steps going 
up to the front porch. 
FROM BERKELEY 
1.  Get onto Telegraph  Avenue, going towards Oakland. 
2.  You will pass Ashby and Alcatraz  avenues. 
3.  Two short blocks after Alcatraz, turn left  after 63rd  Street. 
4.  Go about two short blocks to 424.   It is on the left side, a craftsman 
style house with unpainted  shingles and with “424” in brass numbers 
above the door and eight steps  going up to the front porch. 
FROM WALNUT CREEK 
1. Take  Route 24 to the Telegraph Avenue exit. 
2.  Make a right turn onto Telegraph  Avenue and follow directions from 
Oakland. 
FROM SAN  FRANCISCO 
1.  Cross the Bay  Bridge and get onto  I-580. 
2.  When Highway 24 splits off from I-580, take Highway 24 towards Walnut 
Creek. 
3.  Get off at the Claremont  Avenue exit (one exit after the 51st St.  
exit). 
4.  At the bottom of the exit ramp is a traffic light.  Turn left, and you 
are now on  Claremont  Avenue (going toward the hills, away from the  bay). 
5.  Get into the left hand lane on Claremont and go to the second traffic 
light  (Colby  Avenue). 
6.  Turn left onto Colby.  There are  two left turns: a sharp left (which 
you do NOT take), and a gentle left (which  you DO take to get you onto 
Colby). 
7.  Go to 63rd  Street and turn left.  The house is about five houses from  
the corner on the right side of the street.  It is a craftsman style house 
with  unpainted shingles and with “424” in brass numbers above the door and 
eight  steps going up to the front porch. 
La lectura, “Nos han  dado la tierra” por Juan Rulfo
está adjunta en formato PDF.   
Ademas, hay abajo una  copia de la lectura por si acaso tengas problemas 
con   
el  documento. 
Te rogamos que vengas  preparado, habiendo leído la lectura de 
antemano, y que traigas  un plato y/o una bebida para compartir. 
Debra  Valov 
ecomujeres en aol.com 
ENGLISH******************************************************* 
************************************************************** 
ANNOUNCEMENTS – 
We  don´t have the next tertulia scheduled yet for May. If you are 
interested in  offering your house please let me know. 
************* 
*************************************************************** 
Hello! 
The  next tertulia will take place on May 10 (Tuesday) at 7 pm at  
Annette Oliveira’s. 
Annette would like to know if you are coming so please  
email her your RSVP at: _annetteo en earthlink.net_ 
(mailto:annetteo en earthlink.net)  
424 63rd  Street                                    
Oakland, CA  94609-1315      
510  653-7596 
(Directions: see Spanish section above for directions in  English) 
The  reading, “Nos han dado la tierra” by Juan Rulfo is attached as  
a  PDF file and a copy is also pasted below this message. 
Please come prepared, having already read the story, and  bring a plate 
and/or 
drink to share. 
Debra Valov 
ecomujeres en aol.com 
****************************************************************************
* 
Grupito mailing list 
Para inscribirse en la  lista de correo del Grupito, visita/ 
To  subscribe to the Grupito’s mailing list, visit:   
http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito 
****************************************************************************
* 
LECTURA /  READING 
****************************************************************************
* 
Nos  han dado la tierra
[Cuento. Texto completo]  
Por  Juan Rulfo 
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/rulfo/noshan.htm 

Después  de tantas horas de caminar sin encontrar ni una sombra de árbol, 
ni una  semilla de árbol, ni una raíz de nada, se oye el ladrar de los 
perros.   
Uno  ha creído a veces, en medio de este camino sin orillas, que nada 
habría  después; que no se podría encontrar nada al otro lado, al final de esta  
llanura rajada de grietas y de arroyos secos. Pero sí, hay algo. Hay un  
pueblo. Se oye que ladran los perros y se siente en el aire el olor del humo,  
y se saborea ese olor de la gente como si fuera una  esperanza. 
Pero  el pueblo está todavía muy allá. Es el viento el que lo  acerca. 
Hemos  venido caminando desde el amanecer. Ahorita son algo así como las 
cuatro de la  tarde. Alguien se asoma al cielo, estira los ojos hacia donde 
está colgado el  sol y dice:

-Son como las cuatro de la tarde. 
Ese  alguien es Melitón. Junto con él, vamos Faustino, Esteban y yo. Somos 
cuatro.  Yo los cuento: dos adelante, otros dos atrás. Miro más atrás y no 
veo a nadie.  Entonces me digo: "Somos cuatro". Hace rato, como a eso de las 
once, éramos  veintitantos, pero puñito a puñito se han ido desperdigando 
hasta quedar nada  más que este nudo que somos nosotros. 
Faustino  dice:

-Puede que llueva. 
Todos  levantamos la cara y miramos una nube negra y pesada que pasa por 
encima de  nuestras cabezas. Y pensamos: "Puede que sí". 
No  decimos lo que pensamos. Hace ya tiempo que se nos acabaron las ganas 
de  hablar. Se nos acabaron con el calor. Uno platicaría muy a gusto en otra  
parte, pero aquí cuesta trabajo. Uno platica aquí y las palabras se 
calientan  en la boca con el calor de afuera, y se le resecan a uno en la lengua 
hasta  que acaban con el resuello. Aquí así son las cosas. Por eso a nadie le 
da por  platicar. 
Cae  una gota de agua, grande, gorda, haciendo un agujero en la tierra y 
dejando  una plasta como la de un salivazo. Cae sola. Nosotros esperamos a que 
sigan  cayendo más y las buscamos con los ojos. Pero no hay ninguna más. No 
llueve.  Ahora si se mira el cielo se ve a la nube aguacera corriéndose muy 
lejos, a  toda prisa. El viento que viene del pueblo se le arrima 
empujándola contra las  sombras azules de los cerros. Y a la gota caída por 
equivocación se la come la  tierra y la desaparece en su sed. 
¿Quién  diablos haría este llano tan grande? ¿Para qué sirve,  eh? 
Hemos  vuelto a caminar. Nos habíamos detenido para ver llover. No llovió. 
Ahora  volvemos a caminar. Y a mí se me ocurre que hemos caminado más de lo 
que  llevamos andado. Se me ocurre eso. De haber llovido quizá se me 
ocurrieran  otras cosas. Con todo, yo sé que desde que yo era muchacho, no vi 
llover nunca  sobre el llano, lo que se llama llover. 
No,  el llano no es cosa que sirva. No hay ni conejos ni pájaros. No hay 
nada. A no  ser unos cuantos huizaches trespeleques y una que otra manchita de 
zacate con  las hojas enroscadas; a no ser eso, no hay nada. 
Y  por aquí vamos nosotros. Los cuatro a pie. Antes andábamos a caballo y  
traíamos terciada una carabina. Ahora no traemos ni siquiera la  carabina. 
Yo  siempre he pensado que en eso de quitarnos la carabina hicieron bien. 
Por acá  resulta peligroso andar armado. Lo matan a uno sin avisarle, 
viéndolo a toda  hora con "la 30" amarrada a las correas. Pero los caballos son 
otro asunto. De  venir a caballo ya hubiéramos probado el agua verde del río, y 
paseado  nuestros estómagos por las calles del pueblo para que se les 
bajara la comida.  Ya lo hubiéramos hecho de tener todos aquellos caballos que 
teníamos. Pero  también nos quitaron los caballos junto con la carabina. 
Vuelvo  hacia todos lados y miro el llano. Tanta y tamaña tierra para nada. 
Se le  resbalan a uno los ojos al no encontrar cosa que los detenga. Sólo 
unas  cuantas lagartijas salen a asomar la cabeza por encima de sus agujeros, 
y  luego que sienten la tatema del sol corren a esconderse en la sombrita 
de una  piedra. Pero nosotros, cuando tengamos que trabajar aquí, ¿qué 
haremos para  enfriarnos del sol, eh? Porque a nosotros nos dieron esta costra de 
tapetate  para que la sembráramos. 
Nos  dijeron:

-Del pueblo para acá es de ustedes. 
Nosotros  preguntamos:

-¿El Llano?

- Sí, el llano. Todo el Llano  Grande. 
Nosotros  paramos la jeta para decir que el llano no lo queríamos. Que 
queríamos lo que  estaba junto al río. Del río para allá, por las vegas, donde 
están esos  árboles llamados casuarinas y las paraneras y la tierra buena. No 
este duro  pellejo de vaca que se llama Llano. 
Pero  no nos dejaron decir nuestras cosas. El delegado no venía a conversar 
con  nosotros. Nos puso los papeles en la mano y nos dijo:

-No se vayan a  asustar por tener tanto terreno para ustedes solos.

-Es que el llano,  señor delegado...

-Son miles y miles de yuntas.

-Pero  no hay agua. Ni siquiera para hacer un buche hay agua. 
-¿Y  el temporal? Nadie les dijo que se les iba a dotar con tierras de 
riego. En  cuanto allí llueva, se levantará el maíz como si lo estiraran.

- Pero,  señor delegado, la tierra está deslavada, dura. No creemos que el 
arado se  entierre en esa como cantera que es la tierra del Llano. Habría 
que hacer  agujeros con el azadón para sembrar la semilla y ni aun así es 
positivo que  nazca nada; ni maíz ni nada nacerá.

- Eso manifiéstenlo por escrito. Y  ahora váyanse. Es al latifundio al que 
tienen que atacar, no al Gobierno que  les da la tierra.

- Espérenos usted, señor delegado. Nosotros no hemos  dicho nada contra el 
Centro. Todo es contra el Llano... No se puede contra lo  que no se puede. 
Eso es lo que hemos dicho... Espérenos usted para explicarle.  Mire, vamos a 
comenzar por donde íbamos... 
Pero  él no nos quiso oír. 
Así  nos han dado esta tierra. Y en este comal acalorado quieren que 
sembremos  semillas de algo, para ver si algo retoña y se levanta. Pero nada se 
levantará  de aquí. Ni zopilotes. Uno los ve allá cada y cuando, muy arriba, 
volando a la  carrera; tratando de salir lo más pronto posible de este blanco 
terregal  endurecido, donde nada se mueve y por donde uno camina como  
reculando. 
Melitón  dice:

-Esta es la tierra que nos han dado. 
Faustino  dice:

-¿Qué? 
Yo  no digo nada. Yo pienso: "Melitón no tiene la cabeza en su lugar. Ha de 
ser el  calor el que lo hace hablar así. El calor, que le ha traspasado el 
sombrero y  le ha calentado la cabeza. Y si no, ¿por qué dice lo que dice? 
¿Cuál tierra  nos han dado, Melitón? Aquí no hay ni la tantita que 
necesitaría el viento  para jugar a los remolinos." 
Melitón  vuelve a decir:

-Servirá de algo. Servirá aunque sea para correr  yeguas.

-¿Cuáles yeguas? -le pregunta Esteban. 
Yo  no me había fijado bien a bien en Esteban. Ahora que habla, me fijo en 
él.  Lleva puesto un gabán que le llega al ombligo, y debajo del gabán saca 
la  cabeza algo así como una gallina. 
Sí,  es una gallina colorada la que lleva Esteban debajo del gabán. Se le 
ven los  ojos dormidos y el pico abierto como si bostezara. Yo le  pregunto:

-Oye, Teban, ¿de dónde pepenaste esa gallina?
-Es la mía-  dice él.

-No la traías antes. ¿Dónde la mercaste, eh?

-No la  merqué, es la gallina de mi corral.

-Entonces te la trajiste de  bastimento, ¿no?

-No, la traigo para cuidarla. Mi casa se quedó sola y  sin nadie para que 
le diera de comer; por eso me la traje. Siempre que salgo  lejos cargo con 
ella.

-Allí escondida se te va a ahogar. Mejor sácala  al aire. 
Él  se la acomoda debajo del brazo y le sopla el aire caliente de su boca. 
Luego  dice:

-Estamos llegando al derrumbadero. 
Yo  ya no oigo lo que sigue diciendo Esteban. Nos hemos puesto en fila para 
bajar  la barranca y él va mero adelante. Se ve que ha agarrado a la 
gallina por las  patas y la zangolotea a cada rato, para no golpearle la cabeza 
contra las  piedras. 
Conforme  bajamos, la tierra se hace buena. Sube polvo desde nosotros como 
si fuera un  atajo de mulas lo que bajara por allí; pero nos gusta llenarnos 
de polvo. Nos  gusta. Después de venir durante once horas pisando la dureza 
del Llano, nos  sentimos muy a gusto envueltos en aquella cosa que brinca 
sobre nosotros y  sabe a tierra. 
Por  encima del río, sobre las copas verdes de las casuarinas, vuelan 
parvadas de  chachalacas verdes. Eso también es lo que nos gusta. 
Ahora  los ladridos de los perros se oyen aquí, junto a nosotros, y es que 
el viento  que viene del pueblo retacha en la barranca y la llena de todos 
sus  ruidos. 
Esteban  ha vuelto a abrazar su gallina cuando nos acercamos a las primeras 
casas. Le  desata las patas para desentumecerla, y luego él y su gallina 
desaparecen  detrás de unos tepemezquites.

-¡Por aquí arriendo yo! -nos dice  Esteban. 
Nosotros  seguimos adelante, más adentro del pueblo. 
La  tierra que nos han dado está allá arriba. 



_______________________________________________
Grupito  mailing  list
Grupito en lists.sonic.net
http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito

------------ pr�xima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: <http://lists.sonic.net/pipermail/grupito/attachments/20110428/3731c865/attachment.html>
------------ pr�xima parte ------------
A non-text attachment was scrubbed...
Name: no disponible
Type: application/pdf
Size: 15644 bytes
Desc: no disponible
URL: <http://lists.sonic.net/pipermail/grupito/attachments/20110428/3731c865/attachment.pdf>


More information about the Grupito mailing list