[Grupito] : tertulia el 23 de octubre

Ecomujeres at aol.com Ecomujeres at aol.com
Tue Oct 9 00:32:45 PDT 2012


 
ENGLISH VERSION  FOLLOWS SPANISH 
************************************************************** 
ANUNCIOS –  EVENTOS VENIDEROS 
Todavía no  tenemos una tertulia programada para noviembre.  Favor de 
avisarme si  quieres ofrecer tu casa. 
Ya salimos a de  nuevo a Baja California donde estaremos hasta mayo pero 
sigo organizando las  tertulias desde allí 
¿Conoces alguien  interesado en el Grupito? Puede inscribirse diréctamente 
en la página:  _http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito_ 
(http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito)  
Si ya no quieres  recibir los mensajes del Grupito, visite la página del 
Grupito _http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito_ 
(http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito)  para terminar tu  suscripción 
************************************************************** 
Saludos: 
La próxima  tertulia literaria y gastronómica tendrá lugar el día 23 de   
octubre (el  martes) en la casa de Barbara Waterman. 
El RSVP, con AL  MENOS 2 días de anticipación, a Barbara es obligatorio:  
pachabarbara en earthlink.net  o por  telefono: 510-219-0487 
874 Portal Ave., Oakland 
(Directions: 580 towards Hayward, exit Grand Ave., stay on  frontage road 
until Lakeshore, make a left, thru shopping area, right on  Mandana, up hill 
thru 2 stop signs and one light. She is first left after  light.  For 
alternate directions,  use Mapquest or Yahoo Maps) 
La lectura, dos  cuentos “Muselina Violeta” y “Diario de Plenilunio” por 
Socorro Venegas, está  adjunta en formato PDF. 
Ademas, hay abajo  una copia de la lectura por si acaso tengas problemas 
con   
el  documento. 
Te rogamos que  vengas preparado, habiendo leído la lectura de 
antemano, y que  traigas un plato y/o una bebida para compartir. 
Debra  Valov 
_ecomujeres en aol.com_ (mailto:ecomujeres en aol.com)  
ENGLISH******************************************************* 
************************************************************** 
ANNOUNCEMENTS – UPCOMING EVENTS 
************* 
We  don’t have a tertulia planned yet for November.  If you’d like 
to  offer your house, please contact me. 
We  are once again headed back to Baja  California and will be there until 
May. However, I’ll  continue to organize the tertulias from there. 
Know  someone who wants to join El Grupito?  They can join directly by 
visiting the page:  _http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito_ 
(http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito)  
No  longer want to receive messages from El Grupito? Go to the Grupito page 
and  remove yourself from the list:  
_http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito_ (http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito)  
*************************************************************** 
Hello! 
The  next tertulia will take place on November 23 (Tuesday) at 7 pm at  
Barbara Waterman´s. 
An  RSVP is required, with AT LEAST two days notice.   
Email: pachabarbara en earthlink.net or telephone: 510-219-0487  
874 Portal Ave., Oakland 
(Directions: 580 towards Hayward, exit Grand Ave., stay on  frontage road 
until Lakeshore, make a left, thru shopping area, right on  Mandana, up hill 
thru 2 stop signs and one light. She is first left after  light.  For 
alternate directions,  use Mapquest or Yahoo Maps) 
The  reading, “Muselina Violeta” and “Diario de Plenilunio” by Socorro 
Venegas, is  attached as a PDF file and a copy is also pasted below this 
message. 
Please come prepared, having already read the story, and  bring a plate 
and/or 
drink  to share. 
Debra  Valov 
ecomujeres en aol.com 
****************************************************************************
* 
Grupito mailing list 
Para inscribirse  en la lista de correo del Grupito, visita: 
To  subscribe to the Grupito’s mailing list, visit:  
_http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito_ 
(http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito)  
****************************************************************************
* 
LECTURA /  READING 
****************************************************************************
* 
Muselina Violeta 
Socorro Venegas 
En la antigua residencia Malmaison se pasea Josefina, ya  sin su chal 
vaporoso. 
Nada es diferente en ella, en apariencia. Sus ojos aún son  rasgados, de 
mirada lejana. La cabeza ladeada, sin recuerdos, sigue el curso  distraído del 
tiempo. 
Josefina murió antes que Napoleón. Una madrugada, un  destello bajo los 
párpados plateados: lo último que supo fue que lo amaría  siempre. 
Para los fantasmas, siempre es una palabra que significa  aceptar un estado 
de cosas que no se puede cambiar, es como la palabra  fatalidad, pero sin 
porvenir. 
Para ella no hay porvenir. Sólo vive una misma noche, una,  la de su 
muerte, que empezó con la crepuscular visita del  Zar. 
Cuando supo que el Zar la visitaría, escogió muselina,  aunque le 
advirtieron: es un género muy delgado para protegerse del crudo inicio  del invierno. 
Y la quiso violeta, el color de la melancolía, para mostrarle al  vencedor 
su aflicción por el emperador exiliado. 
Se hizo confeccionar un vestido y un chal. El Zar no  olvidaría ese paseo, 
del brazo de una de las mujeres más bellas de Francia, por  el jardín 
laberinto que ella misma había diseñado. El frío no importaba,  hablaban... de qué 
hablaban en verdad. 
Esa noche Josefina enfermó, su delicado cuerpo se rindió al  frío que le 
cobraba el paseo nocturno. En su delirio deseaba el exilio. Morirse  con 
Napoleón, el emperador caído en desgracia, humillado en las estepas rusas,  
abandonado por María Luisa -la joven y fértil esposa austriaca-, perseguido por  
sus vencedores. 
Josefina murió. Sobre el almohadón descansó su cabeza  ladeada, los rizos 
dorados. Al alba, dio unos pasos fuera de su cuerpo, no  pensaba, no quería 
nada. 
No cruzó el mar con su nuevo cuerpo de niebla, no fue a  buscarlo a la isla 
en que él luchaba contra la brisa del mar, contra el rumor de  las olas, 
enemigos que le impedían volver al verdadero campo de batalla. No.  Josefina 
no realizó su deseo. Las leyes de los fantasmas son otras. El amor le  dio 
vida eterna, aunque ella no sabe por qué, no tiene recuerdos de  nadie. 
Su vestido es inexplicablemente violeta.  
http://www.ficticia.com/cuentos/muselinavioleta.html 



Diario de Plenilunio 
Socorro Venegas 
28 de septiembre 
La luna se levantó como todos los días del mundo, llegó  puntual. Hubiera 
querido que tú también la vieras: roja, anticipaba malas  nuevas. Después 
sólo era una llama delgada, muriéndose. Yo pensaba en ti, porque  ahora todo, 
hasta tu ausencia, es tan extraño, tan aparente. Tuve frío. Una  ráfaga 
livianísima se coló entre mis manos, que se estrujaban mientras los demás  veían 
el cielo. 
El gran espectáculo termina. El último eclipse del siglo.  Eclipse de luna. 
Makamé nació de nuevo, pero a mí no me pareció la misma. No  es ella, 
aunque se digan todos sus nombre no hay rincón en todo el planeta donde  se sepa 
quién es la que llora su luz sobre nuestras cabezas. 
Si, Uh, Metztli, Selene. Con ella se abre el sexto sello,  no hay nada 
oculto. 
30 de septiembre 
En todos los lugares han ocurrido desgracias, es verdad,  pero no en todos 
nace la belleza. Hoy eso es lo que anuncian los diarios. Nacen  criaturas 
con alas blancas, vaporosas. Quiero un hijo así, André, también quiero  uno. 
¿En dónde estarán guardadas nuestras alas? ¿Y por qué nuestros hijos son  
como dioses? 
En China los hospitales son objeto de culto. En Grecia,  dicen, nació la 
primera, una niña. Los padres están vueltos locos (le echan la  culpa a la 
luna), no saben qué hacer, no saben si se lastima cuando duerme, si  le duelen 
las plumas, si hay que lavárselas, peinárselas o qué,  cómo. 
André, te extraño tanto. Es una miseria no tenerte conmigo.  Cuando te 
fuiste, vi en tus manos que no volveríamos a vernos. Se movían lentas,  
retrasadas, y decían adiós. En la manera en que me sonreíste al subir al avión,  lo 
confirmé. Ya era otra nuestra historia, la de dos amantes que se pierden y 
no  saben volver. Odio decirte esto, quisiera solamente preguntarte cómo 
estás, qué  haces cuando no caminas en tu montaña, cómo se ve el cielo desde 
allá arriba.  Estás lejos, y más lejos te vas. Siempre te imagino alejándote, 
buscando no sé  qué cosa en la cúspide. En verdad, André, ¿para qué esa 
necedad de andar en las  montañas? Me pregunto cuánto has avanzado y si acaso 
sabes lo que pasa aquí.  Allá arriba no tienes manera de enterarte. Pero en lo 
más profundo de mi corazón  sé algo: tú también has visto el cielo, ya sabes 
que la luna ha cambiado  precisamente porque no ha cambiado: es plenilunio 
desde el eclipse, y las  estrellas abandonan sus lugares, se desplazan hacia 
otros cielos porque ya no  tienen quehacer con nosotros. ¿Hacia dónde va 
nuestro destino sin brújulas que  lo guíen? 
Se hace de noche en la noche. 
10 de octubre 
Nadie sabe exactamente quiénes o qué son los niños con  alas. Sólo lo 
visible: son hermosos y hay de todas las razas. Como si fuera una  aberración 
genética mundial (no sé de qué otra forma llamarlo), ya ningún niño  nace sin 
sus bultos de plumas en la espalda. Los llaman ángeles, pero no lo son.  Son 
nuevos humanos, extraordinarios: crecen como los animales, ¡en unas semanas  
ya caminan! Ángeles, no. 
Hoy estuve todo el día en la cocina. ¿Sabes qué hice? Una  gelatina blanca, 
de anís, con forma de ángel. Y la miré un rato largo,  reviviendo nuestra 
historia, la tuya y la mía. Nuestra soledad que llamamos  independencia. No 
pudimos estar juntos, siempre nos impusimos viajes y tareas  inaplazables. 
Creo, André, que debimos tener un bebé. 
Tú debes estar dormido, en los Alpes no es hora de pensar  en gelatinas o 
bebés que no existen. Seguramente afuera escuchas el aire de la  tormenta, la 
furia blanca. Ojalá estés dormido, soñando. 
30 de octubre 
Nadie merece morir triste. 
1 de noviembre 
La vela se desprende de su vida y la une a la mía. Hoy no  salió el sol. 
Hoy no amaneció, el día nunca llegó. ¡Ya no hay día y  noche! 
He tenido sueños raros. Anoche un delfín me hablaba,  sacudiéndose en el 
agua. Decía que sólo si me convertía en delfín podría  salvarme. Entonces yo 
me tiraba al agua y listo, era un delfín. No sé cómo, pero  yo sabía y sentía 
que lo era. 
Afuera es como si el tiempo no transcurriese más: sólo la  luna se ha 
quedado. Invento las horas, los minutos, para no perder las fechas de  mi diario. 
2 de noviembre 
¿Qué está sucediendo? Lo que sucede, André, es el fin. El  sol también se 
fue, con las estrellas. Los niños alados parecen no necesitar  luz, ven en la 
oscuridad y ésta les habla, les dice lo que tienen que hacer.  Ayer 
comenzaron a matar. Anuncian la muerte con una sonrisa ingenua. Imagínalo:  están 
frente a ti, tienen la sonrisa que hubieras querido ver en un hijo,  pálidos 
como la viuda que los mira desde el cielo, y no resistes el deseo de  
apretarlos contra tu pecho porque sientes que se te rompe el corazón, que ya no  
dirás una sola palabra, amas su fragilidad y deseas protegerlos. También 
ellos  te abrazan, dura un instante. Entonces los niños con alas te hacen un 
dibujo en  la frente, como si te apartaran el cabello para verte bien los ojos, 
quizá  escriben una palabra, y ya. La gente muere inmensamente  triste. 
3 de noviembre 
Encendí el viejo radio de baterías. Pronto iba a ser  navidad. Ahora ya 
nadie sabe nada. La oscuridad es el mundo, las tinieblas son  el caos, la 
locura, la destrucción. Como dijo el locutor, hastiado y a punto de  dejar la 
transmisión, paradójicamente la destrucción ha venido sin odio, se han  
disparado misiles y han explotado bombas en todos lados, pero es obra del azar,  de 
errores de las mismas máquinas que se han quedado sin control: nadie está  
interesado en salir a la calle, en cumplir con deberes que el día nos ha  
perdonado al hacerse inexistente. Y los niños continúan su peregrinación. Me  
tocará a mí también, André. 
5 de noviembre 
Sobrevivo. Ya no como nada. Tengo miedo, es verdad, pero  ahora puede más 
la curiosidad. ¿Cómo será mi niño, el que venga por  mí? 
Nada es como podrías imaginar. Aunque todo está destruido,  no hay 
histeria. Cada persona sabe que ellos vienen, que avanzan. Hay días  completos 
(¿noches?) en que los niños duermen, sus padres cuidan su sueño, saben  que 
pronto despertarán y tal vez sea el momento de invertir los papeles, para  que 
los padres duerman. Nadie les teme, son hermosos y en sus ojos hay  esperanza. 
Por eso moriremos. 
6 de noviembre 
En la radio, el mismo locutor somnoliento (él habla, yo  escribo) dice que 
la Tierra entera está paralizada. Que la gente no hace nada.  Esto es, 
André, nada de nada. Nuestros vecinos, Ana y Marcus, están todo el día  acostados 
en la cama. No se miran, o se miran un poco con la luz de la luna que  
entra por la ventana. Y tampoco comen. Es como estar muy deprimido, como  
estuviste el año pasado cuando se murió tu amigo, aquel alpinista. Así de mal.  
André, aquí todo es negro. ¿Qué verás entre tanta nieve? 
Subí a la azotea, la única luz es la del  fuego. 
8 de noviembre 
Ayer se miraron. Ana y Marcus se adivinaron el brillo en  los ojos. 
Lloraban. Se palpaban el cuerpo hasta llegar a la garganta, ahí  estallaba un 
grito. Mientras las tinieblas se hacían más espesas en la casa, sus  cuerpos 
tenían luz. Brillaron un instante. Después, de nuevo la noche  implacable. 
Volvieron a fijar la vista en un techo invisible, borrado ya por esa  nada que se 
adueñó de sus vidas. 
Desde luego, no lo sé, André. Sólo quiero pensar que así  fue. 
9 de noviembre 
Me siento abatida por un cansancio muy poderoso. Duermo,  duermo, y 
despierto para ver la ciudad en llamas, las cenizas cayendo. Un  silencio puro, que 
deja escapar los lamentos de las cosas. 
André, es la última vez que escribo. 
Antes pensaba en el día de mi muerte como algo que, después  de todo, no me 
ocurriría a mí, sino a alguien ya cansado, satisfecho con lo  vivido. 
Quería morir vieja... suena tan ridículo. Y resulta que sí me ocurre a  mí, a la 
persona que no deja de recordarte, tú, allá en la montaña, sepultado  por la 
nieve, un olvido blanco, una niebla que te cierra los ojos, te clausura  
las salidas, te vence en un sueño largo, ¿hasta cuándo? Doncellas de  
Jerusalén... ¿Nos despertarán las doncellas? ¿Cuánto vivirá esta desolación?  Y yo, 
hasta cuándo yo misma. Ana y Marcus ya están muertos. Yo escondo la  
vergüenza de haberle negado la entrada a mi niño, al que viene por mí y espera  
afuera, pacientísimo. Quería escribirte una despedida, un último día en este  
cuaderno. Pues entonces... Doncellas de Jerusalén... ¿así decía el  Cantar? 
No despierten al amor, hasta que Él quiera... 
http://www.ficticia.com/cuentos/plenilunio.html 
------------ pr�xima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: <http://lists.sonic.net/pipermail/grupito/attachments/20121009/9f1fd6e0/attachment.html>


More information about the Grupito mailing list