[Grupito] : tertulia el 15 de febrero (MIERCOLES)

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Fri Feb 3 18:13:34 PST 2012


 
ENGLISH VERSION FOLLOWS  SPANISH 
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ANUNCIOS – EVENTOS  VENIDEROS 
Todavía no tenemos otra  tertulia programada para febrero.  Favor de 
avisarme si quieres  ofrecer tu casa. 
Ya estamos de nuevo en  Baja California hasta mayo y sigo organizando las 
tertulias desde  aquí 
¿Conoces alguien  interesado en el Grupito? Puede inscribirse diréctamente 
en la página:  _http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito_ 
(http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito) . 
Si ya no quieres recibir  los mensajes del Grupito, visite la página del 
Grupito _http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito_ 
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Saludos: 
La próxima tertulia  literaria y gastronómica tendrá lugar el día 15 de  
febrero (el MIERCOLES) en  la casa de Barbara Waterman. 
El RSVP, con AL MENOS 2  días de anticipación, a Barbara es obligatorio: 
_pachabarbara en earthlink.net_ (mailto:pachabarbara en earthlink.net)   o por 
telefono:  510-832-8169 
874 Portal Ave., Oakland 
(Directions: 580 towards Hayward, exit Grand Ave., stay on  frontage road 
until Lakeshore, make a left, thru shopping area, right on  Mandana, up hill 
thru 2 stop signs and one light. She is first left after  light.  For 
alternate directions,  use Mapquest or Yahoo Maps) 
La lectura, “El  Corresponsal Extranjero” por B. Traven está adjunta en 
formato  PDF. 
Ademas, hay abajo una  copia de la lectura por si acaso tengas problemas 
con   
el  documento. 
Te rogamos que vengas  preparado, habiendo leído la lectura de 
antemano, y que traigas  un plato y/o una bebida para compartir. 
Debra  Valov 
_ecomujeres en aol.com_ (mailto:ecomujeres en aol.com)  
ENGLISH******************************************************* 
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ANNOUNCEMENTS – UPCOMING EVENTS 
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We  still don’t have a second tertulia planned for February.  If you’d 
like 
to  offer your house, please contact me. 
We’ve  made it back to Baja California and will be  here until May. I’ll 
continue to organize the tertulias from here. 
Know  someone who wants to join El Grupito?  They can join directly by 
visiting the page:  _http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito_ 
(http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito) . 
No  longer want to receive messages from El Grupito? Go to the Grupito page 
and  remove yourself from the list:  
_http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito_ (http://lists.sonic.net/mailman/listinfo/grupito)  
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Hello! 
The  next tertulia will take place on February 15 (WEDNESDAY) at 7 pm at  
Barbara Waterman´s. 
An  RSVP is required, with AT LEAST two days notice.   
Email: _pachabarbara en earthlink.net_ (mailto:pachabarbara en earthlink.net)  or 
telephone: 510-832-8169 
874 Portal Ave., Oakland 
(Directions: 580 towards Hayward, exit Grand Ave., stay on  frontage road 
until Lakeshore, make a left, thru shopping area, right on  Mandana, up hill 
thru 2 stop signs and one light. She is first left after  light.  For 
alternate directions,  use Mapquest or Yahoo Maps) 
The  reading, “El Corresponsal Extranjero” by B. Traven is attached as  
a PDF  file and a copy is also pasted below this message. 
Please come prepared, having already read the story, and  bring a plate 
and/or 
drink  to share. 
Debra  Valov 
_ecomujeres en aol.com_ (mailto:ecomujeres en aol.com)  
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Grupito mailing  list 
Para inscribirse en la  lista de correo del Grupito, visita: 
To  subscribe to the Grupito’s mailing list, visit:  
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LECTURA /  READING 
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Corresponsal  Extranjero
B.  Traven 
Hubo un  tiempo en que creí seriamente poder llegar a ser un gran 
corresponsal  extranjero, si se me daba una oportunidad. Escribí, por lo tanto, una 
elegante  carta en finísimo papel a cierto diario importante de mi tierra, 
detallando mis  grandes habilidades y mi vastísima experiencia, para terminar 
solicitando, con  mucha modestia, la chamba que tanto ansiaba. 
El  editor, sin duda un hombre muy ocupado, aunque muy amable, contestó 
como sigue:  “Mándeme reportaje sangriento, bien jugoso, al rojo vivo y si 
posible referente  a algún episodio en que el matasiete Pancho Villa tenga el 
papel principal. Pero  tiene que ser sensacional, candente, incendiario.” 
Esto me  cayó bien, pues ya varias veces había sido prisionero de guerra de 
Villa y en  tres ocasiones hasta se me había advertido que se darían 
órdenes de que fuese  fusilado a la mañana siguiente, si persistía en ser un “
entremetido importuno e  indeseable, y además por andar husmeando lo que no me 
importaba”. Sin embargo,  nunca había presenciado episodio alguno con mucha 
sangre, al menos la bastante  como para complacer al sediento editor. 
Era a  mediados de 1915, después de la toma de Celaya, cuando yo me 
encontraba en la  industriosa ciudad de Torreón. 
Una  mañana estaba parado en la banqueta muy cerca de la entrada del Hotel 
Principal,  donde me había hospedado la noche anterior. Salí a ver cómo 
estaba el tiempo y a  llenarme los pulmones de aire fresco mientras llegaba la 
hora del  desayuno. 
Pues  bien, ahí estaba yo parado contemplándome las manos y pensando que 
las uñas ya  aguantarían una recortadita. Mientras tenía las manos extendidas 
con las palmas  para abajo, una espesa gota roja salpicó mi mano izquierda. 
En seguida otra gota  igual, roja y gruesa, cayó sobre mi mano derecha. 
Miré  hacia arriba para ver de dónde podría venir esa pintura, pero antes 
de poder  descubrir algo, cayeron sobre mis ojos, cegándome temporalmente, 
unas cuantas  gotas más, extraordinariamente gruesas, que rebotaron en mi 
nariz. Usé mi  pañuelo para limpiarme los ojos, y al ver al suelo noté que ya 
había seis  charquitos de esa espesa pintura roja tan  repugnante. 
Una vez  más miré hacia arriba y vi que, precisamente sobre mi cabeza, 
había una especie  de balcón. Eso me convenció de que algún obrero debía de 
estar pintando la  barandilla de dicho balcón y que el tal tipo desde luego 
debía ser un sujeto  bastante descuidado. 
Empujado  por mi deber cívico, caminé hacia la calle, hasta cerca de la 
mitad, desde donde  podía ver mejor el balcón y gritarle al tal pintor que 
tuviera más cuidado con  su trabajo, pues podía fácilmente arruinar los trajes 
nuevos de las damas que  salieran del hotel. 
No era  pintor alguno que trabajara en el balcón. Tampoco era pintura la 
que caía tan  libremente sobre los huéspedes del hotel que entraban y salían. 
Era algo que yo  no esperaba ver tan temprano y en una mañana tan hermosa y  
apacible. 
La  barandilla estaba hecha de hierro forjado en un estilo bellamente 
trabajado.  Sobre cada uno de los seis picos de hierro de dicha barandilla estaba 
ensartada  una cabeza humana, acabada de cortar. El hotel tenía cuatro 
balcones iguales, a  cada uno de los cuales se podía llegar por una ventana 
estilo francés que daba  desde el cuarto, y cada balcón tenía seis picos de 
hierro y cada uno lucía un  adorno igual. 
Horrorizado me precipité hacia adentro a ver al dueño del hotel,  esperando 
encontrarlo desmayado o en agonía. Solamente se encogió de hombros y  dijo 
con displicencia: 
-Eso no  es nada nuevo, amigo. Si no hubiera nada que ver esta mañana, eso 
sería una gran  novedad. Pero eche una mirada al otro lado de la calle. ¿ 
Qué ve? Sí, un  restaurante, y muy cerca de los ventanales, Pancho y sus jefes 
están  desayunando. Panchito, sabe usted, es de muy buen diente, pero no se 
le abre el  apetito si no tiene esta clase de adorno ante sus ojos. Fíjese 
en ese coronel de  bigotes que ve ahí. Se llama Rodolfo. Fierro. El es quien 
cuida que el adorno  siempre esté listo al momento de sentarse Panchito a  
desayunar. 
-¿Quiénes  son esos pobres diablos ensartados allá arriba?  -pregunté. 
-Generales y otros oficiales de los bandos opuestos, que tuvieron la mala  
suerte de perder alguna escaramuza y caer prisioneros. Siempre hay un par de 
 cientos en la lista de espera, así es que Pancho puede estar seguro de su 
buen  apetito todos los días. 
-Bueno,  pues eso sí que es noticia para enviar a la gente de allá del otro 
lado del río  -contesté:-, pero, óigame, noté una cabeza que a mi parecer 
no es la de un  nativo, sino más bien como la de un extranjero, un inglés o 
algo por el  estilo. 
-No, no  es la cabeza de un inglés la que vió -dijo el hotelero con su 
fuerte acento  norteño, al mismo tiempo que se me acercaba tanto que su cara 
estaba casi pegada  a la mía mientras hablaba-o No, no es un inglés. No se 
equivoque usted, amigo.  Es la de un cabrón tal por cual corresponsal de un 
periódico americano. ¿Por qué  tiznados tienen estos gringos que meter sus 
mugrosas narices en nuestros  asuntos? Es lo que quiero yo saber. Por lo que yo 
he visto, ellos tienen en casa  bastante cochinada y podredumbre, tanta, que 
ya mero se ahogan en ella. Pero  estos malditos gringos nunca se ven su 
cola. Siempre andan metiéndose en los  líos de otros. ¿Qué tiznados hacen aquí? 
Si quiere saber, amigo, le diré que  bien merecido se lo tiene ese ensartado 
allá arriba. Que sirva aquí de algo  útil; nosotros si. quiera los usamos 
para aperitivos de Pancho. Es para lo que  sirven. Sí, señor; esa es mi 
opinión sincera. 
Pulí esta  historia cuidadosamente, la escribí a máquina en el papel más 
caro que pude  encontrar, y la mandé por correo esa misma tarde al editor 
aquel tan  amable. 
A vuelta  de correo tenía su respuesta. También mi reportaje devuelto. En 
lugar de  adjuntar la acostumbrada nota impresa rehusándolo, se había tomado 
la molestia  de escribir unas cuantas líneas personalmente como acostumbran 
hacerlo los  editores amables para hacerle sentirse a uno mejor. 
Aquí  están. Las líneas, quiero decir, no los editores  amables. 
“Su  reportaje no tiene interés para nuestros lectores. Le falta jugo, 
sangre, y no  es movido. Peor todavía, Pancho ni siquiera toma parte activa en 
él. Por mi  larga experiencia como editor le sugiero olvidarse de llegar a 
ser corresponsal  extranjero. De Ud. atentamente, El Editor.” 
Seguí el  honrado consejo de ese editor tan amable y me olvidé 
completamente de llegar a  ser corresponsal extranjero para un periódico americano, y 
como que esta es la  razón por la cual todavía conservo mi cabeza sobre los 
hombros, siendo que  Pancho, tiempo ha que fue a su último descanso sin la  
suya. 
_http://elcuentodesdemexico.com.mx/correspolsal-extranjero_ 
(http://elcuentodesdemexico.com.mx/correspolsal-extranjero)  
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